Hassan II Mosque in Casablanca, Morocco
Mira hacia el cielo y verás la Mezquita Hassan II que se cierne sobre Medina, la ciudad vieja de Casablanca. Se eleva sobre Casablanca, lo cual no es sorprendente, ya que es la segunda mezquita más grande de África y tiene el alminar más alto del mundo. Es un epicentro para la oración con capacidad para 25.000 fieles en su interior, así como para otros 80.000 en el patio. Esta vista verdaderamente espectacular es uno de los mejores panoramas de los cruceros a Casablanca, Marruecos.
A local olive oil market in Casablanca, Morocco
Si quieres despertar todos tus sentidos, tienes que pasar un rato en el zoco. La más auténtica de Casablanca es la antigua Medina. Cuando llegues aquí, probablemente te sentirás abrumado por todo lo que te rodea. Disfruta de los colores y olores de los productos, las flores y los frutos secos, así como de los sonidos de la vida cotidiana a tu alrededor. Si eres lo suficientemente valiente, intenta regatear y llévate un recuerdo a casa.
Una de las mejores cosas para hacer en Casablanca, Marruecos, es ir a Rick's Café, donde te sentirás como si hubieras entrado en un plató de cine. Este café ficticio se instaló en 2004 y realmente te hace sentir como si estuvieras en el clásico "Casablanca". Este exclusivo restaurante tiene un sabroso menú de mariscos y, por supuesto, un piano de media cola. Si tienes suerte, quizás alguien empiece a tocar una melodía.
La comida local aquí es una combinación de mariscos frescos, platos de inspiración española y clásicos marroquíes como el estofado. Hay algo para todos los gustos. Para los amantes de lo salado, los vendedores locales de comida callejera tienen la mejor sopa de caracol. Cada puesto sirve una versión ligeramente diferente de la sopa, y las recetas se protegen como tesoros preciados. Si buscas algo dulce, prueba los zaazaas. Este manjar marroquí es un postre en capas relleno de plátano, raib (yogur), nueces picadas, aguacate, dátiles, azúcar y leche.
Un crucero a Casablanca, Marruecos, no está completo sin una visita a un zoco. Pero si el regateo no es lo tuyo, también puedes dirigirte a un mercado de segunda mano como el Soco de Moina, ¡donde puedes encontrar prácticamente de todo! Si estás buscando un recuerdo más tradicional, quédate atento a las alfombras hechas a mano, los textiles coloridos y las cerámicas pintadas a mano, que se pueden encontrar en toda la ciudad.
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